lunes, julio 31, 2006

La violencia.

La psicología evolucionista también ayuda a explicar la violencia.

Están muy extendidas las creencias sobre el origen exclusivamente cultural de la violencia que a menudo adjudican un carácter pacífico al hombre primitivo. Se la considera irracional y por tanto patológica y se buscan sus causas para remediarla. Pero no hay una correlación objetivable entre violencia física y violencia en los medios de comunicación, por ejemplo, o con el tipo de educación recibida, ni tan siquiera se puede establecer una relación (directa al menos) con la pobreza. Ni siquiera con la permisividad de armas de fuego.

La violencia está en nuestra naturaleza y las condiciones del entorno la refrenan o desencadenan. En las culturas más primitivas un hombre llega a tener un cincuenta por ciento de probabilidades de morir a manos de otro hombre, es decir, la mitad de los varones mueren así, especialmente entre los quince y los veinticinco o treinta años.
Téngase también en cuenta que el mayor "índice de violencia" (broma) se registra antes de que la cultura vaya calando en nuestra mente, entre un año y dos años y medio de edad.
Salvando los casos propiamente patológicos, no hay ningún motivo para considerarla una enfermedad. Su origen es racional y razonable, está relacionado con adaptaciones de las "máquinas de supervivencia" (que somos los seres humanos, al igual que el resto de organismos vivos, según la metáfora de Dawkins explicada anteriormente en este blog) y encuentra en ello su razón de ser. Como tales "maquinas" los seres humanos vemos a otros seres humanos -exceptuando los parientes que comparten genes o intereses genéticos con nosotros- como un objeto más del medio en que nos desarrollamos y buscamos la manera de manipularlo según nuestra conveniencia. Si es un obstáculo que no se puede soslayar, eliminarlo puede ser una buena opción.

Las que considero principales causas de la violencia, si no únicas, se pueden justificar con buenas razones (aunque quizás las mejores aboguen contra ella) desde este punto de vista. Las tres causas son: la competencia en busca de ganancias, la inseguridad en busca de seguridad y la gloria en busca de reputación.

En el ser humano la competencia de los machos por las hembras sienta una buena base dada la limitada capacidad reproductiva de las hembras que las convierte en objetos valiosos. El mayor tamaño de los machos y su mayor inclinación a la violencia física (el noventa por ciento más o menos de los delitos violentos) es buena prueba de ello. Cuando se trata de la lucha competitiva los seres humanos hacemos gala de nuestras destrezas intelectuales y manuales para idear formas de dañar con asombrosa eficacia.
El único obstáculo es la moral. Pero mediante la táctica de la deshumanización podemos dar rienda suelta a nuestros impulsos violentos sin cargos de conciencia. Es bien conocida de nuestros tiempos, desde los nazis que decían que un judío no valía el precio de una bala, hasta los conflictos actuales con la demonización de los terroristas. Una vez que la persona deja de ser persona y sale del círculo de lo que creemos digno de consideración moral, cualquier cosa vale contra ellos. Pero no es nueva. Como ejemplo la tribu Wari del Amazonas, entre ellos el alimento se define como no-wari, es decir, si no pertenece a la tribu se puede comer (con las curiosas consecuencias que ya imaginan). También ocurre lo contrario algunas veces: algo, un gesto que hace ver a un soldado la humanidad de aquel a quien va a matar, puede quitarle las ganas de hacerlo.

La inseguridad es el principal alimento de las espirales de violencia, genera lo que se llama la trampa hobbesiana, de la que es un buen ejemplo la carrera de armamentos durante la guerra fría. Cuanto más tienes mayor es el sentimiento de inseguridad, los vecinos pueden codiciar tus bienes y tratar de robártelos o entrar en guerra para apoderarse de ellos, tal vez consideremos adecuado armarnos contra tal eventualidad, pero ¿qué hará tú vecino si ve que te armas?, ¿qué hacemos si vemos armarse a nuestro vecino?, parece conveniente armarse también. ¿Y si nuestro vecino busca alianzas?, las buscamos también nosotros, por si acaso. ¿Y si mi vecino alardea de su potencia como medida disuasoria y desmoralizante? ¿Y si sigo el principio de que la mejor defensa es un buen ataque, o aquel que dice que quien pega primero pega dos veces? Pues ya la tenemos liada. Y si resulta que de tanto tirarme faroles he confiado demasiado en mi capacidad de machacar al enemigo y la guerra se alarga (según parece esto ha ocurrido muuuuchas veces en la historia) todos sufriremos demasiadas pérdidas.
Así que es mejor escapar a esa trampa, dialogar, no armarse, etc. Según parece la ley del talión, que tan brutal puede parecernos, resulta un avance considerable visto desde esta perspectiva. Viene a decir: a) sólo te atacaré si tú me atacas, b) tus pérdidas serán iguales a tus ganancias, c) no te causaré un daño desproporcionado. Se mitiga la desconfianza, se elimina el incentivo de la ganancia y se pierde el temor a que el otro use cualquier roce como pretexto para un ataque masivo haciendo innecesario armarse y armarse y armarse…

No puedo dejar de pensar en el Líbano mientras escribo y tengo la impresión de que se le pueden aplicar bastantes de estas ideas, como por ejemplo la desproporción del ataque Israelí.

El honor, la gloria, el prestigio es también causa de violencia, todos aquellos altercados que comienzan con una nimiedad, una mirada que cuestiona el honor del mirado especialmente entre las clases bajas que no tienen más poderío que la defensa inmediata y violenta del mismo. Pero lo más importante es que la "cultura del honor" surge cuando no hay ley, cuando no hay policía. Podemos dejar que una autoridad medie en un conflicto y haga justicia o podemos resolver el conflicto por nuestra cuenta, es lo que ocurre entre mafiosos, bandas, traficantes (un buen motivo para legalizar las drogas, la prostitución, etc.) y todo aquel que de algún modo queda fuera de la ley. Entre ellos, hacer intervenir a la policía es una traición, el código del honor debe prevalecer. Pero esto supone que cualquier afrenta, por pequeña que sea, debe ser vengada de inmediato, todo el mundo debe saber que meterse con uno no sale gratis.

La cultura del honor existió en las sociedades preestatales y se mantiene entre estados cuando no hay una autoridad que medie entre ellos. Por ejemplo Estados Unidos se retiro de Vietnam poco a poco, pese a las pérdidas que le supuso hacerlo así, siguiendo el eslogan "paz con honra".
Otro ejemplo podrían ser los foros no moderados de Internet. Y otro cuando se enfrentan dos conductores, generalmente fuera del ámbito donde son conocidos y tienen labrado un prestigio, de modo que no pueden recurrir a nadie que les avale, de ahí la socorrida frase "usted no sabe con quién está hablando".

Es curioso que, según parece, la cultura del honor está muy ligada a la ganadería. En tiempos en que el ganado era la mayor riqueza, siendo este mucho más fácil de robar que la tierra y pudiendo alguien quedarse sin nada de la noche a la mañana, predominaban los tipos duros y la actitud de venganza violenta. Los cowboys, los masai, los beduinos, lo sioux, son ejemplo de esto.

Es evidente pues la necesidad de una autoridad que monopolice la violencia y haga justicia en lugar de venganza, desde la edad media y más aún en los estados modernos, el índice de criminalidad ha descendido enormemente. El problema llega cuando la autoridad abusa de su poder. En el siglo veinte 170 millones de personas murieron a manos de sus propios gobiernos. Y ya sabemos como opera la supuesta "policía del mundo".

Darse la mano, una manera de mostrar que no se esconden armas (la transparencia en un ámbito mayor), la confianza, tener claro que la cooperación es más fructífera que la competencia y que la violencia es lo último, ver la humanidad de todos los seres humanos, son cosas al alcance de nuestra naturaleza tanto como la violencia y hacen contrapeso a la competencia, la inseguridad y la cultura del honor. A ver si ganan la partida.

(Siguiendo "La tabla rasa" de Steven Pinker)

lunes, julio 24, 2006

Amor-tenaza














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Conflictos de parentesco.

Otros conflictos por diferencia de intereses que se pueden estudiar a la luz de la evolución biológica son los de parentesco, entre padres e hijos, hermanos, etc. Hay que tener en cuenta que el altruismo de parentesco está regido por el porcentaje de genes iguales que compartimos pero también por las posibilidades de reproducirse que tiene un pariente ("eficacia biológica inclusiva" o eficacia que tiene en cuenta el comportamiento de un individuo sobre la eficacia biológica de sus parientes)

Empezando por los más jóvenes, los celos entre hermanos pequeños se pueden comprender fácilmente. Cada hermano comparte consigo mismo el total de los genes mientras con su hermano sólo el cincuenta por ciento, así, un hermano no reclamará para sí todo el pastel, estará dispuesto a compartir algo, pero siempre querrá más de la mitad. El hacerse valer ante los padres, mostrar sus proezas, exagerar el sufrimiento que le producen sus necesidades, menospreciar a los hermanos ante ellos, conductas que cualquiera ha podido observar en los niños, son tendentes a inducir en los padres un gasto de recursos desigual en su favor en tiempos en que la escasez podía llevar a deshacerse de los hijos más débiles. También es típico interrumpir a los padres cuando hay una actitud cariñosa entre ellos que podría dar lugar a más hermanos entre los que repartir. Los padres tienden a optimizar el número de hijos en función de los recursos, cuantos más mejor pero no tantos que no puedan criarlos a todos. Los hijos siempre querrán algún hermano menos que los padres.

Así se explica el conflicto con el destete. Hay un momento en que la madre debe dejar de ocuparse de un hijo para tener otro, cuando el aporte de recursos rinda más en un nuevo hijo que en el actual, querrá tenerlo. Habrá un momento en que el hermano mayor esté de acuerdo con su madre y acepte el destete, pero para la madre ambos hijos son iguales, tienen el cincuenta por ciento de sus genes, mientras que para el hijo la proporción es dos a uno, cuando el beneficio de la leche sea para él menos de la mitad de lo que lo sería para su hermano, aceptará tener un nuevo hermano. Hay un desfase temporal entre el deseo de la madre y el del hijo.
Aclaro por si no se entiende bien que a medida que el niño crece los decilitros de leche que su madre le aporta son cada vez más insuficientes para cubrir sus necesidades de alimento.

Así cuando los hijos van creciendo, un hermano mayor, prefiere que sus padres tengan hijos y cuidar de sus hermanos que tener sus propios hijos, tantos sus hijos como sus hermanos tienen el cincuenta por cien de sus genes y los hermanos estarán mejor cuidados y tienen más posibilidades de sobrevivir, con el tiempo los varones -antes que las mujeres-, viéndose capaces de tener sus propios hijos saldrán de casa a exhibirse por ahí y competir por mujeres a las que fecundar. Las mujeres también saldrán aunque esperarán más para estar seguras de su apuesta (recordemos que su capacidad de tener hijos es menor y por tanto su inversión en cada uno mayor). Esto entrará en conflicto con los planes de los padres que prefieren tener hijos que nietos (cincuenta por ciento de los genes frente a veinticinco) y por tanto que los hijos mayores les ayuden en la crianza de los menores. El conflicto se agudiza porque los padres dejan de ser referentes para sus hijos que empiezan a tener sus propios modelos, ideas, etc., lo que denominamos "rebeldía juvenil". Finalmente, cuando los padres no puedan tener hijos, ayudarán con los nietos. En relación con esto se piensa que la menopausia y la "pitopausia" son adaptaciones evolutivas para obligar a los abuelos a cuidar de sus nietos evitando hijos a los que no podrían criar con éxito.

Por otro lado podemos relacionar la cantidad de recursos disponibles con el estatus social. En una época de escasez los hijos son débiles, los padres dan preferencia a las hijas frente a los hijos, estos no tendrán muchos recursos que ofrecer a las hembras y sus posibilidades de reproducirse no serán muchas, es más fácil que una hija débil encuentre un macho fuerte para aparearse y tener descendencia. Al contrario, en época de abundancia las posibilidades de tener mucha descendencia aumentan para los hijos.
En el caso del estatus social alto los hijos tienen preferencia, pueden conseguir muchos ligues, lo que en otros tiempos significaría gran numero de nietos, en el caso del bajo estatus social una chica guapa (recordemos la relación original entre el atractivo sexual y la capacidad reproductora) siempre puede enamorar a un chico con recursos y asegurarse una buena descendencia. Se hace necesaria una "valoración de expectativas" para elegir la mejor estrategia. Según el medio, más o menos hostil, se puede escoger entre criar pocos hijos dedicándoles muchos recursos o tener muchos y no dedicarles ninguno, en el caso de los machos, en el caso de las hembras buscar un macho que aporte mucho o buscar uno del tipo agresivo, aunque aporte poco o nada, para que los hijos se vean favorecidos de esa agresividad.
Una de estas estrategias podría explicar el famoso lema rokero, "vive deprisa, muere joven, deja un bonito cadáver", que se podría traducir por: corre riesgos para dejar un montón de copias de tus genes.

domingo, julio 16, 2006

Estrategias reproductivas en hombres y mujeres.

Resulta evidente que en la mayoría de los mamíferos la hembra aporta a la procreación mucho más que el macho. Su apuesta es mucho mayor, un largo embarazo y los largos cuidados de la infancia hacen que el número de hijos que puede tener sea bastante limitado, mientras que en el caso de los machos esta limitación es mucho menor, puede fecundar a muchas hembras a lo largo de su vida y tener muchísimos descendientes sin preocuparse de su gestación ni de su crianza, esto da lugar a una diferencia de intereses que explica muchos comportamientos de ambos. Sin embargo en algunas especies, debido a la dificultad de sacar adelante a la prole, es necesario que el macho ayude a la hembra y se formen parejas parentales estables, al menos durante un tiempo.

La teoría de la psicología evolucionista para los seres humanos es que operan las dos estrategias simultáneamente: el hombre permanece junto a la hembra cuidando de la prole para asegurar su supervivencia pero nada le impide alejarse brevemente para fecundar a otras hembras. La probabilidad de que los hijos así concebidos sobrevivan es menor pero no nula y a la evolución le encantan las probabilidades. La mujer elegirá para reproducirse al macho con los mejores genes posibles (más apto para la supervivencia), y también al que esté dispuesto a permanecer junto a ella.

Una primera e interesante consecuencia de todo esto son los celos. El macho celoso se asegura de no gastar recursos en la crianza de hijos ajenos. La hembra celosa se asegura de que el macho no gastase recursos en otras hembras u otros hijos. Así, los genes para los celos favorecían las réplicas del genoma y se extendieron entres los primeros humanos.

Otra consecuencia es el amor. La relación basada en una atracción sentimental es más estable y da mayores probabilidades de reproducción exitosa. La hembra puede perdonar un desliz pero no una relación sentimental que ponga en peligro el aporte de recursos del macho, tendrá que asegurarse de que el macho se quedará a su lado, es decir, que está enamorado hasta las trancas, y además deberá convencerle de que ella le será fiel, no tendrá relaciones con otros y no habrá duda sobre la procedencia de los hijos. Las dos cosas las consigue dejando claro que no es una chica fácil, poner a prueba al candidato que deberá mostrarle su capacidad para comprender sus necesidades y cuidar de ella, y demostrarle que no le van los encuentros casuales. A menudo se presentará inocente y candorosa.

El hombre va buscando también una mujer para emparejarse mientras trata de fecundar el mayor número posible de mujeres "fáciles". Cuando la encuentra, el periodo de prueba a que le somete la mujer le sirve para asegurarse de que no está embarazada de otro. La famosa distinción entre la santa esposa y madre, alejada de las tentaciones y la puta ocasional para desfogues sexuales se explica de esta manera aunque en nuestros días el uso de métodos anticonceptivos la despoje de su sentido original.

Otra consecuencia curiosa es la tendencia de las mujeres a preferir los chicos malos. Malos hasta cierto punto, malos pero con posibilidades de regeneración. Veamos como se explica. Para ello tenemos que ir más allá de los hijos y pensar en los nietos. Un hombre con mayor tendencia a usar la estrategia de fecundar al mayor número de mujeres puede trasmitir los genes responsables de ello a sus hijos, con lo que estos, portadores tanto de esos genes como de los suyos propios, le proporcionarán más nietos, más copias de su genoma.

Aclarar aquí que los hijos comparten el cincuenta por ciento del genoma de cada uno de sus progenitores, los nietos el veinticinco del de sus abuelos, etc., no el cien por cien.

Así pues las mujeres tienen esa tendencia hacia los "chicos malos" siempre y cuando se enamoren, se comprometan, y dejen atrás la estrategia del mayor número.

Desde luego esto es nuestra naturaleza, lo que hay en nuestros genes, para entenderlo debemos ponernos en el lugar de nuestros ancestros de las primeras sociedades humanas cuando tenía pleno sentido atendiendo a las leyes de la evolución biológica, pero esclarece enormemente los orígenes de nuestra cultura, nuestras tendencias innatas y algunos de nuestros conflictos.

Desde este punto de vista supongo que a nadie se le escapa que el amor (el romanticismo) no sale muy bien parado. Las cosas se complican aún más si introducimos las nociones de engaño y autoengaño. Ciertamente, debido a esta diferencia de intereses entre hombres y mujeres, las tácticas de manipulación se ponen en juego, ambos deben convencer al otro de su fidelidad antes de formar la pareja estable pero se reservan en secreto la opción de marcharse con una pareja mejor. Sin embargo, el engaño es muy costoso (baste decir que los mentirosos compulsivos tienen algunas zonas del cerebro hiperdesarrolladas) y por otro lado somos bastante hábiles para al menos desconfiar de quién trata de engañarnos. El engaño es menos costoso y más efectivo si uno se lo cree. Tan fácil como desplegar nuestros encantos… mientras evaluamos los del otro.

Pero vamos, rompo una lanza a favor del amor, la naturaleza nos da los sentimientos, la cultura los matiza (digámoslo así) y cada cual hace con ellos lo que puede y le da la gana.

miércoles, julio 12, 2006

Rrrarrro, rrrarrro, rrrarrro














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Psicología evolucionista.

Como decía en una entrada anterior, la evolución produjo al ser humano adaptado a un entorno específico en el que se desenvolvía como cazador y recolector (también carroñero y cleptoparásito) gracias a las capacidades de su cerebro.
Generalmente tener un cerebro grande no es una buena adaptación, consume mucha energía y con un cerebro pequeño se apañan perfectamente la casi totalidad de animales -incluso hay casos de reducción, el más famoso el del triceratops-, pero en el ser humano, debido a nuestra vulnerabilidad como animales (lentos, no muy fuertes, sin armas naturales, poco ágiles, obligados, las hembras, por la configuración de nuestra pelvis a parir hijos poco desarrollados, bastante selectivos a la hora de digerir alimentos, etc.) sí le resultó útil, si no necesario para la supervivencia un cerebro grande. La destreza derivada de este cerebro para transformar el entorno se agigantó enormemente hasta producir, en un periodo de tiempo muy breve -en relación al necesario para que surjan mutaciones significativas por evolución-, un entorno muy distinto al inicial.

Aquellas tendencias adaptativas que sirvieron a nuestros antepasados para sobrevivir y desarrollarse siguen intactas en nosotros, heredadas a través de los genes, y con ellas tenemos que manejarnos para bien y para mal.

Imaginemos que sacamos a un grupo de jirafas de su hábitat natural y las llevamos a un lugar donde los árboles son muy bajitos. El cuello largo, tan útil antes, puede convertirse en un estorbo. Lo que no impide que siga teniendo alguna ventaja, por ejemplo, como arma para golpear.

Pues algo así nos pasa a los humanos con muchos de nuestros instintos. No nos determinan pero nos influyen, seguramente nos complican la vida, pero no vemos nada clara la ventaja de deshacernos de ellos, por lo menos en algunos casos. La cultura se desarrolla a partir de la naturaleza, como una parte más de ella, pero después cobra cierta independencia. El objetivo genético, reproducir el máximo de copias de sí mismo, se ha perdido, y hoy los mejor adaptados, sean quienes sean, no tienen mas hijos que el resto, con lo que la evolución biológica se detiene.

Veamos algunos ejemplos de este tipo de conductas. Uno típico es comer sin freno. Hartarnos de grasas, un delicioso impulso que puede traer problemas de salud heredado de tiempos en que un día había comida y al siguiente podía faltar. Además la forma de almacenar más caloráis en el cuerpo es en forma de grasas, los hidratos están muy limitados. No importa que hoy tengamos, al menos en occidente, garantías de que mañana no nos faltará comida.

La urgencia del impulso sexual, ¿de qué sirve en un tiempo en que la procreación se planifica con cuidado y se reduce a muy pocos hijos por pareja? ¿De que sirve ya que los niños se peleen entre ellos, cacen moscas o tiren piedras? ¿De qué sirve el miedo a la oscuridad?

Una de las cosas que considero más significativa de las heredadas de nuestros ancestros es nuestra credulidad. En tiempos de expansión de la razón y la ciencia, seguimos creyendo con facilidad en intuiciones, rumores, sentimientos, etc., porque todos ellos fueron más útiles para la supervivencia que la razón. La razón tuvo su parte, era útil para algunas cosas, pero demasiado lenta para otras, ante una posible amenaza es mejor salir huyendo que ponerse a calcular riesgos. Creer lo que todo el mundo cree te mantiene unido al grupo y seguro, tal vez las malas leguas se equivocan pero es mejor no ponerse contra ellas.

Otra es la relacionada con la sexualidad y el cortejo que explica, al menos en parte, muchos comportamientos humanos.

Los conflictos generacionales, los conflictos entre hermanos, la violencia… son muchos los asuntos que se pueden entender mejor a la luz de la psicología evolucionista.

Hablaré de algunos en próximas entradas.

sábado, julio 08, 2006

Máquinas de supervivencia

¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos? La teoría de la evolución biológica puede ayudarnos a responder estas cuestiones. Sigo a Richard Dawkins en "El gen egoísta".

Hay una ley, la de la supervivencia de lo estable, de la que la supervivencia de los más aptos es un caso particular. Podemos considerar, en mayor o menor medida, estables (configuraciones estables de átomos), todas las cosas a las que damos nombre. Las formas primeras de selección natural fueron una selección de formas estables y rechazo de las inestables. El porqué es sencillo, duran más. De entre las formas estables, en algún momento en los albores de la vida, destaca la formación de una molécula especial llamada replicador, bastante sencilla, pero con la sorprendente capacidad de hacer copias de sí misma.

Básicamente un replicador podía ser una molécula formada por una cadena de varios tipos de moléculas más pequeñas con la propiedad de enlazarse a sus iguales. Cada vez que una de estas moléculas se acercase al replicador quedaría "pegado" a él por su molécula gemela y cuando estuviesen llenos todos los huecos tendríamos la molécula replicador pegada a una copia exacta de si misma. Algo así como una escalera. No es tan raro, añadiéndose nuevas filas (y capas) es como se forman los cristales, pero sucede en este caso que, semejante a una escalera, los enlaces longitudinales (largueros) son enlaces fuertes, mientras que los enlaces transversales (peldaños) son débiles. De modo que cuando la nueva molécula se rompe lo hace longitudinalmente dando lugar al replicador de origen y a una copia de sí mismo.

Hay otro tipo de replicadores en el que las moléculas que lo forman no tienen afinidad con las iguales a sí mismas sino con otras, sean cuales sean, así en un primer paso el replicador hace un "negativo" de si mismo, y este una replica exacta del primero.

Esta curiosa propiedad hizo que los replicadores se esparcieran enormemente por el océano primitivo. ¿Qué sucede? que no todas las copias que se forman son idénticas al original, es fácil entender que a menudo se producen errores, algo fundamental para explicar la evolución. Las copias con errores reproducen estos errores en su descendencia y nuevos errores se van acumulando de modo que a los largo del tiempo habrá replicadores de diferentes tipos, algunos más estables y otros menos. Los más estables tienen tiempo de hacer más copias de si mismos y por tanto su número aumentará sobre el de los menos estables. Además, se produce el efecto de que los replicadores en general van siendo cada vez más longevos. Otro factor importante es la velocidad de reproducción, los que se duplican más deprisa aumentan su número en detrimento de los más lentos, así que la tendencia general de las moléculas del caldo primitivo fue a hacerse más fértiles. Un tercer factor importante es la exactitud de la réplica, cuantos menos errores, evidentemente, más copias idénticas, por lo que también aumentaría esta tendencia (el ADN actual es un replicador mucho más exacto que sus ancestros). Hay que tener en cuenta que no se pierde sólo al hijo, digamos así, sino también a todos los potenciales nietos, bisnietos, etc.

Hasta que llegamos a un momento crucial cuando empiezan a faltar los recursos, (escasean las moléculas menores que forman los replicadores), y comienza la competencia. Los replicadores que tuviesen la propiedad de alterar el entorno en su beneficio se harían más numerosos. Por ejemplo los que pudiesen romper otros replicadores y replicarse aprovechando los fragmentos, o primera depredación-digestión, lo que comportaría que aquellos replicadores mutados capaces de defenderse de estos ataques también prosperasen frente a los indefensos. Los que se dotaran de algún medio de locomoción y no vagaran llevados por las corrientes, los que desarrollasen algún sentido para detectar un ambiente favorable, etc.

Es necesario entender que una mutación que en cierto momento y lugar puede ser desastrosa y hacer que un replicador pierda estabilidad y se extinga (lo que por otro lado sucede en la mayoría de los casos), en otro momento y lugar puede ser beneficiosa y aumentar el número de réplicas. Supongamos que aparece un replicador que se adaptaría muy bien a un medio con una salinidad alta, como en su medio la salinidad es baja desaparece en seguida, si esa misma mutación surgiera en un momento en que el medio está aumentando su salinidad, tendría una ventaja y acabaría dominando sobre el resto.
Así se entiende también que, dado que el océano primitivo no era homogéneo en sus propiedades, temperatura, salinidad, ph, etc., diversos replicadores mutarían especializándose en diferentes nichos.

Lo más importante es entender que la competencia entre replicadores es un hecho totalmente al margen de voluntad alguna, se da por las propiedades físico-químicas peculiares de las diversas moléculas.

Un ejemplo de ello es la formación de la membrana celular. Esta compuesta de dos capas de moléculas grasas. Parece complicado pero en su origen se formaban espontáneamente debido a una característica de estas moléculas. Podemos imaginarlas con forma de chupa-chup. La parte del caramelo es hidrófila, la del palito hidrófoba. En un medio acuoso se agrupan espontáneamente en dos capas con los palitos hacia el interior, huyendo del agua, y las bolitas de caramelo hacia el exterior. De este modo quedan separados del agua todos los palitos excepto los de los extremos, pero esto aún se puede remediar si la membrana se curva hasta convertirse en una esfera.

Con el tiempo todas aquellas mutaciones que ofrecen una ventaja a ciertas moléculas en determinado medio, hace que estas moléculas se multipliquen rápidamente, estás mutaciones se acumulan y dan moléculas cada vez más complejas que se van dotando de elementos y funciones que las hacen replicarse mejor. El criterio "duplicarse con mayor eficiencia" es primordial, marca la diferencia entre los que sobreviven y todos los que van quedando atrás. Los duplicadores se envuelven en máquinas de supervivencia cada vez más complejas, en sí mismos codifican los pasos necesarios para que sus copias se dotan de iguales máquinas. Primero es una membrana, luego un flagelo, después un ojo, una aleta, una garra, un cerebro, un modo de comportarse, lo que mejor funcione en el medio donde se desarrolla. Como todos los seres vivos, el ser humano es producto de este proceso, en palabras de Dawkins, maquinas de supervivencia al servicio de nuestros replicadores, de nuestros genes.

Hasta eso nos llevó la evolución biológica durante largo, largo tiempo. Nuestros genes "fabrican" personas adaptadas a las condiciones de vida de hace algunos miles de años. Esa es nuestra naturaleza, la misma que la de nuestros ancestros cavernarios. La rápida evolución cultural posterior no la ha cambiado, más bien ha impedido que cambie. Un hecho con notables repercusiones en nosotros que estudia la psicología evolucionista de la que comentaré algo próximamente.

lunes, julio 03, 2006

Libélula














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Vaya bicharraco, parece de metal.

La razón demuestra que Dios no existe.



Pues sí, lo hace, y por dos vías diferentes. Esto es así y no hay muchas vueltas que darle, los creyentes razonables lo aceptan sin problemas aunque como no creen en la razón, al menos no donde interfiere con su fe, siguen creyendo en Dios sin problemas.

La fe y la razón son “magisterios que no se superponen” según reza el principio MANS (Stephen Jay Goluld). Es decir, la ciencia se ocupa de la naturaleza, en sentido amplio, la fe de lo sagrado y la moral y no tiene por qué haber conflicto, es algo que está más en la cabeza de la gente que en la realidad. Un ejemplo de ello relativo a la evolución biológica y que me resulta curioso por tantos creyentes que se oponen a ella, es la postura oficial de la iglesia católica. Juan Pablo II dio por buena la evolución en el 96, antes lo había hecho Pío XII, aunque con algunas reservas:

“En su encíclica Humanis géneris (1950), mi predecesor Pío XII ya había afirmado que no había oposición entre la evolución y la doctrina de la de la fe acerca del hombre y su vocación (…) Pío XII añadió (…) que esta opinión [la evolución] no debía adoptarse como si fuera una doctrina segura y probada (…) Hoy en día, casi medio siglo después de la publicación de la encíclica, nuevos conocimientos han llevado al reconocimiento de la teoría de la evolución como más que una hipótesis. Es ciertamente notable que esta teoría haya sido aceptada progresivamente por los investigadores, como continuación de una serie de descubrimientos en varios campos del conocimiento. La convergencia, que no es buscada ni inventada, de los resultados de trabajos que se realizaron de manera independiente es en sí misma un argumento significativo a favor de la teoría.”

22 de octubre del 96, discurso de Juan Pablo II a la Academia Pontificia de las Ciencias titulado “la verdad no puede contradecir a la verdad"

Y volviendo al tema, las dos vías por las que la razón demuestra que Dios no existe son la parsimonia, de la que ya hablé, y las contradicciones de sus atributos.

El primero se podría enunciar diciendo que puesto que Dios no es necesario para explicar nada, Dios no existe. Probablemente suene extraño a muchos.
Consideremos que Dios, por mucha parafernalia que tenga detrás, no es distinto en lo que se refiere a su existencia que cualquier ser fantástico que podamos imaginar. Hay mucha más gente que cree en Dios que gente que cree en los pitufos, pero la diferencia es de cantidad, no de calidad, ambas son invenciones humanas, de ninguna se puede aportar pruebas ni demostraciones de existencia.
El grado de certeza al afirmar que Dios no existe es el mismo que al afirmar que no existen los pitufos, ni más ni menos. Como corolario: la fe en Dios no sería superior a la fe en los pitufos.

Pero además, segunda vía, los atributos de Dios se contradicen. Veamos una lista:

(a) Perfecto (b) Inmutable (c) Trascendente (d) No físico (e) Omnisciente (f) Omnipresente (g) Personal (h) Libre (i) Completamente Amoroso (j) Completamente Justo (k) Completamente Misericordioso (l) Creador del Universo

Perfecto se contradice con Creador del Universo.
Inmutable se contradice con Creador del Universo.
Inmutable se contradice con Omnisciente.
Inmutable se contradice con Completamente Amoroso.
Trascendente se contradice con Omnipresente.
Trascendente se contradice con Personal.
No físico se contradice con Personal.
Omnipresente se contradice con Personal.
Omnisciente se contradice con Libre.
Completamente Justo se contradice con Completamente Misericordioso.

No puede existir, por ejemplo, un ser tal que sea al mismo tiempo completamente justo y completamente misericordioso, como a Dios se le atribuyen esas características Dios no puede existir, luego Dios no existe. Reconozco que no he estudiado todas las contradicciones de la lista y no sé si entiendo todas, pero en todo caso basta con que una sea correcta para negar a Dios.

También está la famosa demostración del mal de Epicuro, que se basa en la incompatibilidad de la existencia del mal con la infinita bondad y la omnipotencia de Dios.

La que se basa en la imposibilidad de ser creador del tiempo (y por tanto del universo) ya que el tiempo no puede ser creado.

Y para mí gusto la mejor, basada en el absurdo de la omnipotencia por si misma, implicada en la pregunta: ¿Puede Dios crear una piedra tan pesada que ni el mismo pueda levantarla?

Espero que les resulte tan sabrosa como a mí.

domingo, julio 02, 2006

Otro grillo para Dalia.














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!Vaya careto que tiene el tío!

Respuesta al comentario de Dalianegra.

Hola, Dalianegra :)

Me dices muchas cosas así que iré por partes.

Dices: “creo que sin esperanzas no hay nada, no hay impulso hacia el futuro”

Y estoy de acuerdo. Aunque cabe luchar contra toda esperanza.

Dices: ”Supongo que Pato se refiere a que el tiempo abre posibilidades para lo que está trabado, y cura lo que está chungo. Y eso es esperanzador”

Sí, más o menos a eso me refería yo cuando dije lo del tiempo en su blog, aunque tiene razón ella en su comentario: “el tiempo es esperanzador pero también veloz”, así que no basta con el tiempo, confiar sólo en el tiempo sería lo último, el último reducto de la esperanza. En cuanto a mi respuesta “prosaica”, esperanza ¿de qué?, tu misma le das sentido cuando dices:

”Deberíamos definir entre falsas y verdaderas, entre las que íntimamente sabemos que no llegaremos a cumplir jamás (y que sin embargo a veces determinan nuestros actos) y las que podemos alcanzar. Eso nos ahorraría cantidad de sufrimiento innecesario”

No sé si siempre sufrimientos, pero tiempo, energías y tal, seguro.

Lugo sobre otro tema dices:

”Y con respecto a tu indagar sobre la no existencia de dios, la inmortalidad, a tus preguntas sobre la libertad, el determinismo, etc., te diré que me parecen demasiado importantes como para formar parte de un mero ejercicio intelectual”

Bueno, puntualizo. Sobre la no existencia de Dios ni de inmortalidad (creo que te refieres a vida después de la muerte), en realidad no indago, no existe Dios ni vida después de la muerte así que no hay nada que indagar. Los temas de la libertad, etc., pues sí, a mí también me parecen importantes, no sé porqué dices que forman parte de un mero ejercicio intelectual. No sé bien que entenderás por “ejercicio intelectual”. En mi opinión son cosas que nos ayudan a hacernos una idea, un modelo, de lo que somos, lo que pintamos en el universo, etc, entender el origen y desarrollo del universo, de la vida, del ser humano, puede ayudar a eliminar concepciones más o menos fantasiosas y a acercarnos a la verdad.

”A mis ojos (pero claro, cuento con que tamizo con mi propio paisaje) pareces alguien preocupado por encontrar respuestas a temas vitales, aunque hayas canalizado esa suerte de impulso místico hacia caminos diferentes a los de recitar mantras ;)”

Mmm, bueno, yo no considero un impulso místico lo que nos lleva a buscar esas respuestas, lo místico sería más bien una forma de buscar esas respuestas. Yo elijo otra forma, la razón (la ciencia, si quieres) que no tiene nada que ver con la mística. La ciencia se caracteriza sobre todo por su método, y en eso es totalmente diferente a la mística. Son sistemas de conocimiento que pretenden explicar la totalidad, en eso si se parecen.

“no veo mucha diferencia entre alguien con sentimiento religioso y tú”

Puesssss, yo no tengo ningún sentimiento religioso, tal vez lo dicho antes sobre el impulso te lo aclare.

“Alguien no preocupado no estaría buceando tanto en dichos temas”

-Bueno, eso también va en gustos. Hay motivos de preocupación, desde luego, no hace falta que te diga como está el mundo. Hay quién bucea en la historia, en la lingüística, en el derecho, en la psicología… todo puede ayudar. Incluso la religión, razonable y no fanática, aunque yo no sea religioso.

“El otro día leí (dicho por una eminente científica) que ha nacido una nueva religión: la de la ciencia. Se adora a los dioses átomo y molécula, lo único que varían son los ritos. Fue leerlo y acordarme de ti;)
Dime,¿tu no te ves un poquitín místico? jeje”

Pues no sé, si me das el enlace te comento. Así a bote pronto alguna idea que se me ocurre, veamos.

Es cierto que muchas veces la ciencia se presenta como verdad absoluta, al igual que las religiones, eso es producto de la ignorancia. Si lees mis primeros post sobre filosofía del conocimiento, método científico y tal, ya te harás una idea de lo que digo, aunque desde luego hay muchos partidarios de la ciencia con una visión anticuada que siguen considerándola superior a la fe y productora de verdades absolutas. Además, lo vemos cada día -como en ese anuncio de una rubita vestida de azul y blanco que viene del futuro para traer la formula ideal de blancura para su ropa-, la tecnología ocupa el lugar de la magia, donde antes había gnomos ahora hay robotitos simpáticos o extraterrestres cabezones. También es cierto que antes era la religión la que daba respuestas o marcaba pautas de conducta en muchos aspectos de la vida -piensa en el Islam, por ejemplo, que es como más palpable-, y ahora su espacio se ve reducido, en parte por la ciencia. Además, muchas ramas de la ciencia son difícilmente comprensibles para legos y los científicos se nos aparecen o se nos presentan como sabios alejados de nosotros, al igual que sacerdotes y chamanes.

Pero aun así, me gustaría leer el artículo. Hay muchas críticas a la ciencia muy poco sólidas y desde luego la ciencia no es una religión. A veces son los religiosos los que se empeñan en verlo así, al igual que algunos creyentes cuando dicen a los ateos que en el fondo también creen en Dios, pero vamos, a mí me parece una manera de reforzar sus propias creencias.

No se porqué te recordaría a mí pero no, yo no soy místico ;)

Y colorín colorado…

Un beso y gracias por la polémica :)
(El comentario de Dalianegra está en "libertad y determinismo")
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