martes, diciembre 12, 2006

Hamburguesas gigantes.

Últimamente ha surgido la polémica con el anuncio de Burguer King (creo, o de McDonalds) de su triple wopper, o sea, tres hamburguesas y alguna cosa más todo junto en un panecillo redondo que contiene más de mil calorías. La ministra de sanidad, en campaña contra la obesidad, ha puesto el grito en el cielo.

Curiosamente el anuncio la presentaba como "comida para hombres" y resulta que hay una relación probada entre la alimentación y la violencia. Y la depresión también. Como se puede leer en el siguiente artículo:

http://www.tendencias21.net/La-violencia-humana-esta-relacionada-con-los-habitos-alimenticios_a1189.html

Se trata de la carencia de ácidos grasos omega-3. En Estados Unidos e Inglaterra se han hecho estudios con reclusos y con alcohólicos violentos y se ha demostrado que tal carencia favorece comportamientos agresivos, depresión, suicidios y violencia. Estos ácidos están fundamentalmente en las grasas de pescado (especialmente ricos son el salmón y las sardinas) y tienen una influencia directa en las sinapsis neuronales. Hay dos ácidos omega-3 que son el ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexanoico (DHA) que son los más importantes para nosotros, el otros es el ácido linolénico y no cuenta, lo necesitamos también pero no protege nuestra salud. Piénsese que el 60% de las sinapsis (DHA) y el 20% de las membranas de las neuronas están formadas por estos ácidos grasos.

Según el experto Joseph Hibbeln con la deficiencia de estos dos ácidos grasos "podrían disminuir los niveles de serotonina del cerebro en periodos críticos del desarrollo neurológico, provocando una evolución deficiente de los sistemas de neurotransmisión cerebrales, y limitando el funcionamiento óptimo del sistema límbico y del córtex frontal del cerebro".
Se piensa que una dieta adecuada con estos ácidos puede mejorar enfermedades psíquicas graves alterando los procesos neuroquímicos. También ayudan a mejorar la concentración.

Entre los presos se consiguió reducir los delitos en un tercio. También los alcohólicos que se sometieron a desintoxicación mejoraron más con la dieta de omega-3 que sin ella.

Ya se sabe que en los países donde se come mucho pescado hay menos riesgo de enfermedades cardiacas, pero ahora se ha visto una correlación también con los índices de violencia y suicidios, en aumento en occidente conforme la dieta es más chunga, y bajo en Japón. Además, entre las carnes es notable la diferencia si los animales se alimentan con grano o con pasto, siendo las grasas de los primeros mucho más perjudiciales.

Así que a ingerir omega-3, pero ojito, no es oro todo lo que reluce, en esta página se puede ver un estudio sobre algunos alimentos que se presenta como enriquecidos en omega-3

http://revista.consumer.es/web/es/20051101/actualidad/analisis1/

con el resultado de que algunos sólo tienen el linolénico, y que los otros tienen cantidades muy inferiores a las del pescado.

Así que si queremos cuidar nuestras neurotransmisiones comamos mucho salmón y muchas sardinas, y también pipas de calabaza.

Después de todo eso de que la triple wopper es comida para hombres, pues si asociamos virilidad a violencia (y depresión), tiene su fundamento. Pero como ya no esta de moda el tipo agresivo y tal - ellas nos prefieren sensibles-, y de depresiones, uuuuh, mejor ni hablar, pues no le hacemos caso y santas pascuas.

En definitiva: por la paz mundial, abajo las hamburguesas gigantes y que viva el pescao.

¡HIP, HIP…!

jueves, diciembre 07, 2006

Lua adaptándose.




























Jeje, bueno, pues sí, como dijo Marga, ha pasado el tiempo y las cosas van algo mejor. Lua se va adaptando poco a poco y es una perra muy graciosa. De momento ya mantiene a raya a Dru dándole unos ladridos de cuando en cuando y él ya se acerca a ella con un poco más de cuidado, incluso he visto que alguna vez Lua deja que le huela y también a veces se tumban uno cerca del otro y están un rato tranquilos.

Los primeros días se pasaba mucho tiempo cerca de la puerta, un poco perdida, pero ahora ya parece que se va haciendo al lugar y buscando sus propios sitios. También ladra bastante, avisa de cualquier cosa que se acerca a la verja, contesta a los perros vecinos, y sobre todo -¡sorpresa!- es una infatigable perseguidora de gatos.

Ahora mismo hay siete gatos en la huerta, seis gatas y un gatito chiquito. Cinco de las gatas (dos madres y tres hijas) son medio silvestres sólo alguna se deja acariciar, la otra gata es mi queridísima Neska, la más mayor, más guapa, mimosa y gordita. Y es la que peor parada ha salido con la llegada de Lua. Si baja al suelo la persigue, y de rebote la persigue Dru también que hasta ahora nunca lo había hecho, y si se sube a algún sitio donde no llega Lua esta se pone a ladrarle hasta el infinito y más allá. Así que la vemos mucho menos.

El gatito también se pasa bastante tiempo dentro de la casa, le dejamos porque es un poco asustadizo, pero cuando sale, Lua le busca y se le queda mirando fijamente, a veces ladrándole a veces en silencio y el gato se queda inmóvil aguantando el chaparrón porque en cuanto se mueve le persigue también.

La dueña, a la hora de comer, algunos días se lleva a Lua con ella y otros la deja allí para que se vaya acostumbrando. Pero ayer, por primera vez se decidió a dejarla toda la noche y cuando hemos ido por la mañana estaba ¡afónica!, qué risa, le salían unos ladridos debilísimos, la pobre probablemente se haya pasado toda la noche ladrando.

Otra cosa es que apenas come, su plato de comida apenas lo toca, relame los cuencos de los gatos a veces acepta alguna galleta (o varias) o un poco de comida de Dru, pero muchas veces la rechaza. Sin embargo no se la ve mal por ello, tal vez como es pequeñita necesita poco.

No sé qué pensarán los perros, pero yo me lo paso pipa.
HispaLab
HispaLab