jueves, enero 25, 2007

Teoría de juegos

Ya comente algo en otro post sobre el dilema del prisionero, ahora quisiera ampliar el tema explicando un poco sobre los tres juegos básicos de la teoría de juegos que son el mentado "dilema del prisionero", el "halcón-paloma" y la "guerra de sexos".

Les refresco la memoria respecto al primero. Dos atracadores son detenidos y recluidos en celdas aisladas. La policía sospecha que han atracado un banco, por lo que les caerían diez años a cada uno, pero no tiene pruebas y sólo les pueden acusar de un delito menor de tenencia de armas por el que la condena es de dos años.

Así las cosas el comisario propone a cada uno por separado reducirle la condena final a la mitad si delata a su compañero. Y ahí está el dilema del prisionero que calcula del siguiente modo:

Si él me delata y yo no le delato me caen diez años, si el me delata y yo le delato también me caen cinco. Es decir, suponiendo que él me delate lo mejor es que yo le delate también a él.

Si el no me delata y yo tampoco a él, me caerán dos años, pero si el no me delata y yo sí le delato a él, me caerá sólo un añito. Así que en este caso también es mejor para mí delatarle.

Y como los dos se hacen las mismas cábalas los dos delatan y los dos cumplen cinco años. Evidentemente si ninguno hubiera delatado sólo hubieran cumplido dos años cada uno.

Hay que tener en cuenta que para estos tres juegos básicos se dan dos características: que no hay manera en que se puedan poner de acuerdo previamente los dos participantes y que el juego se juega una única vez, pues de ser un juego repetitivo se puede cambiar la jugada en vista de los resultados, pero de esto ya comentaré algo otro día.

El siguiente juego es el del halcón y la paloma, la estrategia belicosa y la conciliadora. En este juego lo más beneficioso para cada uno es ser halcón y que el otro sea paloma, con la fatal posibilidad de que ambos opten por ser halcón. Como en las pelis en que dos coches enfrentados se lanzan a la carrera, o en que dos apuntan simultáneamente un arma a la cabeza del otro. En el primer caso suele haber uno, el más cuerdo, que finalmente opta por la vida aún a costa de perder el desafío y convertirse en paloma. En el segundo caso ambos suelen dejar las pistolas y negociar como palomas antes que acabar muertos.

Es el caso también de las carreras de armamentos y espirales de violencia. Y se da la peculiaridad de que el primero que opta por la estrategia halcón obliga al otro a adoptar la de paloma para no terminar en catástrofe, (suponiendo que los dos están al inicio del juego en igualdad de condiciones, si uno ya parte con un poder extra la desigualdad es más flagrante.

Y por ultimo la guerra de los sexos, primero simétrica y luego si no hay simetría. Supongamos que él prefiere el fútbol y ella la discoteca. De las cuatro opciones posibles para él, por ejemplo, lo mejor es que los dos vayan al fútbol, luego que los dos vayan a la discoteca, en tercer lugar ir sólo al fútbol y ella a la discoteca, y en último lugar ir él solo a la discoteca y ella sola al fútbol. Aquí vemos que si cada uno elige lo que prefiere terminan separados que es lo tercero en la preferencia de ambos. Pero si eligen lo que les gusta menos tal vez acaben con la cuarta opción, los dos solos y el en la disco y ella en el fútbol. Complicado. Sin embargo el problema mayor en este caso es la asimetría. Supongamos por ejemplo que él prefiere el fútbol sin ella que la disco con ella, como ella sabe que el siempre elegirá fútbol le queda la única opción de acompañarle, con lo que se crea una situación de desigualdad en el que el más "egoísta" domina la situación.

Y hasta aquí llego. La teoría de juegos me parece muy jugosa, creo que todos vivimos situaciones en las que son aplicables estos modelos. Le dejo a cada uno el placer de exprimirla.


http://www.eumed.net/cursecon/juegos/index.htm

miércoles, enero 17, 2007

Aspersión

Acabo de empezar el libro de Pilar Cristóbal "Tambien los jabalíes se besan en la boca –y otras curiosidades sexuales del reino animal-", y de momento la que más me ha chocado ha sido la del piojo de agua en que el macho se busca una pequeña cueva y la rocía totalmente con un fluido que atrae a las hembras al tiempo que es pegajoso, de manera que cuando las hembras se acercan por ahí las empuja rápidamente dentro de la cueva donde se quedan pegadas hasta que no cabe una más, digamos unas cien hembras y entonces ¿qué hace?, ¿pide disculpas por sus rudos modales y le dedica a cada una un ratito de su tiempo?, no, las fecunda a todas por aspersión.

Sí, eso he dicho, igual que los regadores giratorios de parques y jardines, por aspersión. Qué potencia, qué manguera, ¿se imaginan lo que tiene que soltar el tipo para acertar con algo en el conejito de cada una de las hembras? Eso es un bukake (invertido en el número de participantes de cada sexo) y a lo bestia.

En fin, niños, en casa no hagáis estas cosas que están muy feas (y lo pondréis todo perdido).

martes, enero 02, 2007

Juguetes.




Dos, para ser exactos. Uno me lo ha regalado un amigo y es mitad juguete mitad experimento científico, se llama Levitrón. El otro me lo he hecho yo porque hace días que me rondaba por la cabeza y el empuje lúdico del Levitrón me ha llevado a fabricarlo, es un trebuchet o trabuquete.

El primero es una base pesada de imán sobre la que se hace girar una peonza también imantada, hay que calibrar algunas cosas y cuesta un poco al principio, pero al fin la peonza se queda girando a unos centímetros de la base, levitando en medio del aire, es sorprendente, mola cantidad.

El segundo es una máquina de guerra (versión reducida) para asedio de fortalezas, muy usada en la edad media en los siglos anteriores a la pólvora y las armas de fuego. Viene a ser una catapulta perfeccionada. Funciona como una palanca, con un contrapeso que impulsa un brazo largo al final del cual hay una onda cargada con una piedra. El contrapeso debe pesar cien veces más que el proyectil.

Las construían in situ, algunas de tamaño enorme (aunque tardaban una hora en prepararlas para disparar), y lanzaban piedras como pianos contra los muros y las torres. Pero no sólo tiraban piedras, también las cargaban con las cabezas de los enemigos capturados y, lo más fuerte, con vacas y animales putrefactos así como leprosos muertos, en plan guerra bacteriológica.

La mía es una versión para lanzar canicas (5 gramos aprox.) con un contrapeso de plomo de 400 gramos, y las lanza a unos siete metros. En fin, chachi, si les gustan los juguetes.


Detalles técnicos del trebuchet en esta página:
http://lospuertosgrises.webcindario.com/modules.php?name=News&file=article&sid=39&mode=&order=0&thold=0

En la foto el trebuchet a punto para ser disparado (a dedo, de momento, todo se andará). Y en las otras el Levitrón haciendo lo propio: levitar, en una de ellas sobre mi mano. Mola, ¿no?

Feliz año y que no les traigan carbón.


HispaLab
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